Pues eso, que ayer Oscar, my friend the Supersonic, con una pedazo versión me abrió los oídos. Después de revivir Bugatti, lo normal es que Queché también se levantara. Que tiempos en Queche!, que fiestas primero abajo en la barra y luego desde la barca, y luego a Camelot con el Madero, para vibrar con Ivan y su exquisito oído. Recuerdo este tema especialmente, suplicándole en la puerta de la cabina el nombre y apellido.