Eso es lo primero que pienso cuando abandono Goa y ya van varias veces. Los sitios son sitios, lo importante es la gente y allí tengo un bhai que se llama Shibu al cual le tengo que dar muchas gracias por su hospitalidad. Es uno de esos regalos de India… Además tiene moto y nos vamos a dar una vuelta juntos muy pronto.
Está es la web del Buddhas Garden recién actualizada:
Tres semanas como en casa gracias también a la colonia española de hippies de Goa, que me invitaron nada más llegar a la fiesta de Holi y después a otras dos fiestas más. Buena comida, buena bebida, especialmente el mojito y la sangría del día de Holi.
Volviendo al Buddhas Garden, que agradables son las mamis que cuidan del jardín y hacen la comida. Especialmente rico el curry de cangrejo… una delicia. Un encanto de personas, trabajadoras, sencillas y sonrientes siempre.
Lo de pinchar en Goa es imposible sin moverse mucho, además de que era final de temporada y todo el pescado vendido. No se puede estar en todo,bueno algunos sí, los Babas.
Y hablando de Babas aparece Raúl, un español que monta en moto también por India. Ha sido un gran placer conocerle y poder hacer con él un día de increíble ruta por el interior de Goa, en busca de la cascada perdida.
Pues eso, que cuando dejas Goa en el retrovisor, lo que dice Chavela 🙂
Ya hemos estado en algunos paraísos, de los que siempre decimos que nos gustaría volver. Cahuita en Costa Rica, Cayo Largo en Cuba, las Maldivas con su especial idiosincrasia, Varkala en Kerala. Pero ha sido Goa la afortunada y después de volver hemos comprobado que no lo desmerece en absoluto.
Goa es el paraíso tropical casi perfecto. Tiene todo el encanto y colorido, la espiritualidad y el misticismo, los olores y sabores de la grande India. Paisajes de palmeras y cultivos agrícolas, custodiados por familias de vacunos, de los cuales el más grande no te quita el ojo cuando entras en sus dominios. Inmediatamente, das un paso atrás.
Los templos hindúes, las ermitas e iglesias cristinas se reparten por los campos y las pequeñas poblaciones, y la tranquilidad y la paz fluye cuando estas cerca de ellos. Los contrastes son constantes y la época colonial portuguesa y su gran influencia marca estos territorios goenses.
A pocos kilómetros de Morjin, se encuentra Mapusa, una de las principales poblaciones de la zona. En ella , los viernes hay un mercadillo muy autentico y peculiar, lleno de colores, olores y sabores. A través de pasadizos, tenderetes, enormes almacenes habilitados como tienda y taller, puedes encontrar desde panaderías haciendo pan calentito hasta chorizo cocido y crudo.
Muy osados fuimos en cuanto vimos el pan calentito, bocata de chorizo en Goa. De inmediato compramos dos piezas recién hechas y volvimos a por el chorizo, que habíamos visto al principio, pero que no nos habíamos atrevido No pudimos con el chorizo. Tres bocados fueron suficientes. Estaba muy, pero que muy fuerte. La piel dura y el sabor a chorizo, pero con muchas especies. Nos comimos el pan impregnado del chorizo, Una especias de catalana de chorizo goense.
La playa es el principal motivo de Goa, y la nuestra se llama Morjin. Esta al norte de Goa, entre dos de las poblaciones costeras más importantes, Arambol y Anjuna, focos de turismo hippie y rusos con ganas de fiesta.
Mide unos 9 kilómetros y es 100 % caminable. Por la mañana la marea esta alta y el mar es una balsa. La playa despierta poco a poco desde el amanecer hasta la llegada de los vigilantes, y entre medias, los paseantes madrugadores, hippies, rastas, gente mayor haciendo ejercicio, turistas con cara de resaca… También son protagonistas los perros aún revueltos de la noche anterior, y de repente, algunas vacas acosadas y desbandadas por culpa de los chuchos… corriendo por la playa, estoy en India.
En el vídeo cuando enfoco hacia los chiringuitos con las vacas pasando en primer plano, unos de ellos es la exclusiva tienda del la hija de Mick Jagger, Jade Jagger. Le seguimos el rastro musical a unos de los mas grandes de todos los tiempo, primero en Rajasthan y ahora en Goa, y sabemos que le gusta mucho India.
El atardecer es el momento del día de mayor intensidad en la playa, las familias enteras pasean, los niños juegan con las olas, y la mayoría contempla con misticismo la espectacular puesta de sol.
Estar en Budhas Garden es ya como estar en casa, gracias a Shibu que nos recibe y nos trata como si fuéramos de la familia.
Las cabañas con rana incluida están en medio de un frondoso y exuberante jardín tropical. La energía del lugar es especial y sólo está a cuatro pasos de la playa.
Y como siempre lo mejor de todo la gente con la que hemos estado, mi primo y Francisca, Shibu, su madre, los carpinteros de Kerala, Eloy el grande de Goa y sus colegas, Nieves, Leon y los chicos del partido. Y el gran Iñaki Conejero, que nos toco la guitarra y nos cantó, la bailarina de Sufi Turka que nos bailó, encantadora… Pnaji, el jefe de los carpinteros nos cantó y bailó Kathakali, el baile tradicional de Kerala…
Me está pasando a medida que voy viajando más y más que los lugares no me encantan a la primera. Supongo que será algo normal, como que también me cueste más tiempo encontrar esos encantos. Con Goa ha sido un amor a fuego lento, después de ir a Kerala dos veces tengo que reconocer que llegue como desafiándola para que me sorprendiese. Y así ha sido al final, me ha enamorado locamente y ahora tengo el corazón partio entre Goa y Kerala. No me puedo olvidar del Himalaya, montaña y playa, que más puedes querer. Creo que el año que viene las montañas más altas del mundo harán otro trocito en mi corazón, con el tiempo necesario y en el lugar adecuado.
He pinchado cuatro noches en el Curlies de las cuales dos han sido muy divertidas y la música no trance que he pinchado ha movido esqueletos de forma compulsiva. Como muestra este vídeo en el que se nota el punch del top floor del Curlies, apaga la luz que no se ve nada!!.
En esta foto mi amable compañero residente del Curlies, Akshay, que ha estado encantador todos los días y animándome con la música que iba pinchando. Muchas gracias y hasta pronto.
Y las dos orejas y el rabo se lo lleva el cautivador sitio en el que hemos vivido como en casa. Se llama Buddha S Garden GOA, y está en la playa de Morjim, desde la que hay un precioso e inmenso paseo de 10 kilómetros hasta Arambol. Esta playa es uno de lo mejores sitios del mundo, tendría dudas entre Cahuita, Costa Rica y Kerala…paraisos terrestres.
El frondoso jardín del Buddha S Garden es un edén de naturaleza, paz y armonía. Cuenta con seis cabañas y una sala para masajes y un espacio para practicar yoga. Allí se pueden hacer terapias anti-estrés, de rejuvenecimiento, de belleza. Todo ello con técnicas terapéuticas milenarias de Ayurveda, la antigua medicina Hindú basada en las plantas y el equilibrio entre el cuerpo y la mente, compuesta dietas ricas en especias, masajes, yoga y meditación. La comida la preparan con mucho cariño de la forma mas sana y tradicional posible, además de utilizar ingredientes frescos y hierbas y especias milagrosas.
Un lugar de ensueño para pasar unas vacaciones mimando el cuerpo con la inmensa en interminable playa a solo unos pasos. A lo mejor vuelvo a quedarme, aviso 😉
Y la vuelta al ruedo y salida por la puerta grande a hombros para los Goa Toros, Eloy y Gyly, muchas gracias rebonicos! :))
Goa es un paraíso de playas inmensas con un clima tropical desde noviembre perfecto, el cual ya tomaron hace muchos años un montón de hippies a los que les gustó tanto que todavía están aquí.
Cerca de puerto pesquero de Chapora hay un lugar donde ves desfilar a los hippies maduritos que tomaron está plaza allá por los ochenta. Unos tios listos que siguen disfrutando de una vida diferente en estas tierras lejanas de India.
El resto sigue siendo la auténtica e intensa India que nunca deja de sorprender y en la cual puedes aprender una receta nueva todos los días.
Nada más llegar a la playa de Morjim, entre Anjuna y Arambol, pude pinchar el Club Fresh. La lastima es que esa misma noche se inauguraba el Marbela Club muy cerquita y estaba toda la gente allí.
Todavía sigo esperando la oportunidad de volver a pinchar en el Curlies, que es donde mejor me lo pase nada más llegar hace una semana. Es un sitio sin duda especial sólo por la solera que tiene y la planta de arriba es la mejor que he pisado en una playa jamás. Parece que estas en el barco rodeado de una vegetación exuberante.
En el mismísimo Curlies con mi colega Divine Fernandes, tio grande de Goa y promesa en la cabinas, aprendiendo, dice.
Este el garito donde pinché anoche, el Curlies en la playa de Anjuna en el norte de Goa, juro que huele como Va Bene o Penelope en verano, que raro, tan lejos del espacio – tiempo. Estuve desde la 9 hasta las 11 y media de la noche y después de unos problemas técnicos con el disco duro y uno de los controladores, todo fue bien. Me noto la falta de práctica, si tuviese continuidad lo haría mejor, es lo que tiene estar en el banquillo.
El público era jóvenes extranjeros, rusos, israelíes y también algunos indios. Los disc jockeys residentes que luego se quedaron tranceando, me dieron la enhorabuena e incluso bajaron el volumen al final de mi sesión para que recibiera unos aplausos 🙂
Mañana vuelvo a la escena de Goa en el mismo lugar. Seguro que voy a hilar más fino que ayer y que no llueva por favor, ya que ayer calló un buen chaparrón durante toda la noche en Goa, cosa que mermó la asistencia de público como en todos los lados.
Este es mi compañero y amigo Eloy, Asturiano por el mundo de los que dejan huella. Me está tratando como un hermano, es un tio muy grande con una familia encantadora.